Desde nacer, en adelante hasta el final, se asemeja nuestra vida al curso de un río, que de exigua fuente brota, se hace, eclosiona…, y muere.
Las ciudades con río, lloran y rien mejor. Irremediablemente cautivan. La simple contemplación de su corriente en constante paso ante nuestra mirada, embelesa en su discurrir, te atrapa en su espectáculo y aislándote del medio, tu imaginación despierta llevándote a lo mejor de tu recuerdo o a tus frustraciones más hermosas.
El leve murmullo y la luz de las farolas rielando en el agua, no necesitan más añadidos para despertar lo más recóndito de tu sensibilidad.
Una tarde eterna paseando en Granada por la ribera del Darro a los pies del palacio de la roja montaña, terminamos inventándose la noche, en un restaurante del Albayzín colgado en el margen del río, al tiempo que una luna imposible arrebataba nuestros sentidos. Al frente, La Alhambra fulguraba.
La pequeña vela sobre la mesa, destellaba sobre el cristal de unas copas excitadas que, sorbo a sorbo, ayudaban a sublimar la pasmosa escena.
Conversábamos a la tenue luz, mientras una música de fondo emergía con tintes descriptivos que enseguida reconocí: “El Moldava”, de Bedrich Smetana.
De río a río, del Darro hilo de plata llorando en Granada, al Moldava voluptuoso abrazando Praga, de Granada a Praga, la música del “checo”, los colores del agua…
Del Darro al Genil, al Elba…, el Moldava
de tu mano a mi mano, de tu cara a mi cara,
Que extraños encuentros ¡Que encrucijada…, Granada!
Apartada en la terraza, solitaria…, advertí en una mesa una mujer callada de gesto triste, seguramente esperaba.
Levanta tu mirada, haz solo tuyo el instante
Llama a tu deseos más íntimos, los que escondes disimulada
Hermosos como imposibles, donde los guardas.
¿Oyes correr riachuelos nacientes…?
Son los manantiales del Darro y el Moldava
Imagina su corriente recorrer tu cuerpo, de tus pies a tu cara.
Piensa en sus ojos, en su esquiva contemplación
Déjate ir en imaginación, como cada día, cada mañana
¡Estas en sus brazos imposibles…! es el regalo del agua.
Son los ríos de los sentidos, de los pensamientos inconfesables
Todo nace, eclosiona y muere a su paso
Perpetuarse sería ordinario, hasta en sus brazos.
* Musica: «El Moldava», poema sinfónico sobre el curso del río del mismo nombre, del checo Bedrich Smetana.
INTERESANTE
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias…!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tuve la suerte de vivir en el Albaicin, en mi época de músico, disfrutar de esos colores y esa magia. Meditar del porqué a los árabes les costó tanto abandonar esa zona. Y reconozco que me cuestiono si fué justo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Al margen de «lo justo o no» …, conoces el cielo…!
Me gustaMe gusta
Da gusto mirar a través de tus ojos y sentir leyendo tus palabras.
Tan poético como siempre.💖🦋
Me gustaLe gusta a 1 persona
Y no será, modesta capacidad la mía, de ver a través de vuestras miradas sensibles…?
Me gustaMe gusta
Mi Granada mágica, historias de tiempos pasados que te envuelven, posar tu mano en sitios que otras manos sabias erigieron…. Me pierdo en los recuerdos…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tu conoces esa magia mas que nadie y la describes como pocos…!
Me gustaMe gusta