EL PASTO VERDE

«Esta vez, ya con el sol cenital, le costaría abandonar su montaña y el pequeño reguero con su hilo de plata…»

Había despertado con las noticias del día, mientras saboreaba el amoroso café que, cada mañana sobre la mesita, disfrutaba de su primera atención.

Aunque apenas quedaba espacio para más decepción en un tiempo que nunca pensó viviría, atónito, terminó de escuchar con verdadera sorpresa, los sucesos que acaecían mientras se dirigía en su auto hasta la “gran montaña azul”, que entronada entre el mar y la vega, tantas veces le calmó en su contemplación.

Bajo un sol aún escaso, ya en las altas barranqueras, encontraría el curso de un pequeño reguero por el que todavía discurría un hilo de agua de las últimas lluvias, dedicándose a serpentearlo entre los escasos arbustos que lo orillaban, como huyendo de las reseñas acaecidas y que, sin poder conseguirlo, terminarían llevándolo a ahondar en su pasado, para poder entender su presente.

Le había tocado vivir su juventud durante un periodo gris, el lado oscuro de la historia reciente de esta gran tierra donde, tras una dramática conflagración, si bien unos se apoderarían de símbolos e historia acomodándolos a su interés, otros, renunciarían a ellos construyendo la propia, a la postre, todos privando a la sociedad de su pasado cierto.

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De aquel tiempo, evocaba con gran ternura sus paseos junto a entrañable compañía en la ciudad de “los condes”, por la gran explanada frente a su viejo puerto.

Allí, un conjunto escultórico de gran belleza, homenajeaba al marino y descubridor genovés, posiblemente consecuencia de una ciudad que en su día se sentiría agradecida por la generosidad del rey de la nación emergente, licenciando a sus habitantes para el comercio con las “nuevas indias”, sacando la comarca de uno de sus periodos de mayor pobreza.

Pensando en ello, no podía creer las noticias de aquella mañana. El estallido, la retahíla de acciones violentas, contra este y varios más símbolos históricos, pareciendo volver a los peores periodos de nuestro pasado reciente más dramático.

Acciones de una nueva turba ideologizada a conveniencia de los emergentes restos patibularios de principios del siglo veinte, convenientemente «desilustrados» desde su niñez y mantenidos “al día”, en pos de un futuro inexistente.

La nueva esclavitud. Ciegos prisioneros de la ignorancia conveniente solo a sus «timoneles», erigidos en perpetuos salvadores. Nada nuevo.

Mentes privadas de la necesidad de conocer nuestro pasado para diseñar nuestro futuro libre y que, aún ajenos a nuestra gran historia, pretenden reescribirla como preludio del definitivo «asalto a los cielos».

“Pececillos” que, como en diminuta esférica pecera, por la sucinta boca de la acristalada prisión, son alimentados “lo justo”, envuelto todo ello en los mismos ofrecimientos que en el pasado y que no dejaron más huella que miseria y muerte. «Panem et circenses».

Consignas de odio, desconocimiento interesado de los hechos, observación equivocada de aquellos tiempos desde su particular “prisma actual” y antisistema, sin entender las necesidades expansionistas de las naciones emergentes, para su subsistencia entonces como tales.

Mientras, oímos como responsables de la ciudad que se irguió sobre el monte Tabor, en alarde generoso, contemplarán no demoler el monumento al descubridor, eso sí, comprometiéndose a colocar al pie de la hermosa columna, una pequeña lápida contextualizando la razón de su presencia, pese a su simbología “racista”.

Sonrió mientras paseaba imaginando la buena idea del pequeño y breve texto “contextualizado” en justas y breves líneas. De otra forma, este nuevo “alud” libertador de conciencias sociales, apenas tendría ejercitada atención para mejor lectura y entendimiento de un párrafo histórico más extenso.

También comenzaron a preocuparle las mismas iniciativas allende los mares, tierras de breve, regalada historia y con los mismos síntomas de pobreza intelectual.

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Las estatuas de la Gran Reina o el genovés, se pretenden eliminar reescribiendo su obra y sin análisis de lo que supuso realmente el descubrimiento, un evento de tanta influencia en el acontecer de ambos «mundos».

El marino que nunca pisaría el hoy gran país del norte del nuevo continente y la reina castellana, la que propició la hazaña, son descabalgados de sus monumentos, de la historia, la nuestra, la suya por parca que sea.

La misma mujer que en el mil quinientos, dictaría un decreto prohibiendo la esclavitud.

¿Qué saben de ella? De la que en lecho de muerte sus postreras palabras no fueron otras que,

“e non consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados…”

Tras ella, descabalgarán también de la historia a su esposo el rey aragonés, el que más tarde promulgaría “Las Leyes de Burgos” o a su nieto el Emperador, responsable de “Las leyes Nuevas”, precedentes del derecho moderno y los primeros reconocimientos legislados de los «Derechos Humanos».

En medio de luces y tantas sombras, que las hubo, ¿qué otro pueblo conquistador dejó, el don de la lengua y el mestizaje como un todo indivisible?

¿Quiénes serán los próximos?

¿Cortes? ¿Conquistador o libertador?

¿El fraile mallorquín, entregado a sembrar la nueva tierra de misiones protectoras y educativas, con la intención de la integración indígena entre los descubridores, preparándolos para la gestión de sus tierras y derechos?

¿Descabalgarán de sus estatuas al jinete de “Bucéfalo”, por su crueldad conquistadora? ¿Desaparecerá por ello de la historia también su antagónico «persa”, el otro invasor?

¿Desmontaran bloque a bloque, piedra a piedra, la Gran Pirámide de Kufú, en protesta por la esclavitud faraónica? ¿O esto ya sería más «trabajoso»?

Son las nuevas “walkirias”.

Tejiendo nuevos tiempos de violencia. Cabalgando para decidir quién deberá vivir o morir, quienes sus héroes, quienes para gobernar sus matanzas, como antaño, unos y otros desde posiciones pendulares tan opuestas como similares.

¿Asistiremos a otra noche de “quema de libros”, como en la berlinesa Plaza de La Opera para purificar, quemando, nuestras ideas?

¿Sufriremos otra “Gran Purga” o habrá modernos “Gulags” como espacios de reeducación social?

Destruyendo los símbolos de la historia, reescribiéndola, pretenden una sociedad con pasado “ad hoc”. Sin más moral que la única suya . Sin la dignidad del ser libre. El hombre «tutelado», zombis de imprevisible y angustioso final.

Abstraído en su pensamiento, de repente se percataría que el tiempo de su paseo que, normalmente dedicaba a sí mismo, su intimidad, recuerdos y soledades, lo había ocupado con el análisis de unos hechos deleznables y, que si bien solo apuntan, así ha sido siempre en su génesis, sin haber constancia de finales precisamente “románticos”.

Por un momento pensó, que es bueno salir del ensimismamiento, de nuestras constantes introspecciones y de solo lo que nos atañe de manera personal por emotivo que sea.

Que somos parte de una sociedad, con la que merece la pena compartir nuestros recelos y que, aun estando equivocados, provocar su atención a cuanto acontece y pudiera afectarnos, es sin duda necesario en evitación de derivas inquietantes.   

Ya con el sol cenital, le costaría abandonar su montaña y el pequeño reguero con su hilo de plata, que si bien de efímera existencia, sin duda, le regalaba una suerte de belleza y simbolismos.

Su discurrir libre sin más ideología que la «gravedad» y la transparencia de sus aguas en sus remansos, espejo para las almas libres.

Finalmente, no pudo sustraerse de volver a sus últimas reflexiones y, sin desearlo ni estar de acuerdo con su pensamiento, recordar inevitablemente a G. K. Chesterton:

“Llegará el día en que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde”.

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*Musica: «Adagio» – Johann Sebastian Bach.

17 comentarios en “EL PASTO VERDE

  1. Tratar de analizar la historia de hace siglos con la perspectiva actual es craso error, más aún cuando tampoco se han parado a leer en profundidad la de entonces y hacerlo a su capricho e ideología. Nos podrán hacer creer que el pasto es rojo o quizá azul, pero no podrán borrar lo que siempre fue, aunque haya quien no sepa o no quiera verlo. Un escrito interesante escrito con tu maestría de siempre. Un abrazo y feliz domingo.

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    • Estos días analizaba Tú Relato y te Felicito ,, por volver ha escribir , siempre es agradable como englosas tus relatos para dar una denuncia al momento actual.
      Tiempos que no vivimos pero sí que nos dejaron constancia de su Historia. Antes el pueblo no podía opinar (los mataban, quemaba etc), ahora la gente puede opinar, pero estamos igual ,Nadie escucha,, el Poder Político hace lo que quiere , .hay Democracia, todos votamos todos somos Ciudadanos , pero igual que «antes» hay clases , los barrios menos favorecidos crece el Covit y antes estos mismos tenían la hambruna, la peste y así según pasan los siglos , antes había rebeliones contra el Gran Poder , con más o menos suerte para el ciudadano,, ahora ya el ciudadano pasa hasta de los Iconos que un día ellos fueron fervientes y daban sentido a cada ciudad, ahora ni Colón ni Ramón Llull , ni Isabel la Católica figuran en ninguna mente que no le interese la Historia,, La gente joven lee menos o nada , nuestros gobernantes pasados y presente todavía se tienen que poner de acuerdo que Sistema de Educación quiere dar a nuestros estudiantes siendo este País el peor Sistema Educativo de Europa.
      Pepe cómo le podemos pedir a un País que evoquen a nuestros antepasados , no teniendo claro que que hace el Gobierno a día de Hoy??
      Estamos delante de la escultura de la dama de la justicia , no sé quién la hizo pero al final es la mejor Estatua hoy en Día para poner en cada Ciudad » una mujer con una venda en los ojos».
      Así estamos y es la perfecta representación de este País , que un tiempo pasado nunca se ponía el Sol.
      Ahora hay una nube de contaminación en cada Comunidad , «yo español» o » yo independentista».
      Dime a dónde vamos Pepe??
      Ahora el Romanticismo es : Yo no planeo que voy hacer mañana .
      El individuo mismo mata sus propias ilusiones sus sueños o sus deseos en obiedades como ,, quedarse en un «cloud» y dejar pasar .
      El sentimiento del miedo es demasiado fuerte como para entrar en batallas
      Y el conformismo de lo que uno tiene como para buscar nuevos amaneceres.
      Antes a la gente los casaban , ahora se programan en redes sociales.
      Ves alguna diferencia .
      Gracias por aguantar este pergamino como dice mi hijo.
      Felicidades nuevamente y se muy Feliz .
      Siempre algo queda💚
      Finalmente, no pudo sustraerse de volver a sus últimas reflexiones y, sin desearlo ni estar de acuerdo con su pensamiento, recordar inevitablemente a G. K. Chesterton:

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  2. Un placer volver a leerte y saborear esa precisión en el lenguaje tan tuya, al igual que el acierto en la expresión y las imágenes que vas insertando y que desvelan sentimientos que a primera vista parecerían no verse.
    Maravilloso escrito de denuncia ¿a dónde quieren llevarnos esos que pretenden reescribir la historia? Afortunadamente, creo que seguimos siendo muchos los que no estamos de acuerdo con sus tesis.
    ¿Qué futuro nos esperaría si fuéramos incapaces de respetar la historia?
    Un saludo, Pepe

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    • No es eso. Si me gusta «mi Navidad» y los valores que conlleva la efemérides de la eclosión de la generosidad de la mano de un Hombre Sublime. Mi Navidad no es de «grandes superficies» ni eventos festivos, sin una mirada atrás y el recuerdo del mensaje de aquel Hombre, que hemos ido destruyendo.
      En «mi Navidad», también cabe la alegría y la fiesta, pero siempre a la sombra de aquel recuerdo.
      Yo también te deseo lo mejor para estos días venideros, para que se hagan el camino que quieres andar entre salud, paz, sosiego y felicidad.

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