LA HOJA DEL ARCE

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Básicamente, era un hombre del levante. Sus horizontes preferibles eran claros, perfilados en sus cumbres por el bajo matorral mediterráneo, donde apareciendo de vez en cuando un árbol solitario, en su singularidad, se erigía aún más importante a costa de su existencia más infrecuente.

En sus viajes a tierras septentrionales, siempre pensaba que la abundancia de los bosques de coníferas y otras especias de envergadura y “vestido” perenne, en realidad le impedían ver al árbol.

Aquella tarde, confinado y sometido por las aterradoras circunstancias, distraía su mente encantado por la belleza del recuerdo de una visita, no hacía mucho tiempo, a un bosque caducifolio sureño, de especies variadas pero de compartida belleza, observando el discurrir estacional de su vida y desarrollo.

En invierno, los troncos ramificados exentos de follaje, se erguían presente y  futuro de su especie, dejando paso a la luz para el desarrollo, en el sotobosque, de líquenes, musgos, pequeñas flores silvestres y otros arbustos.

Pero bajo su parecer mortecino o seco, se escondía toda la potencialidad de la vida. Unas pequeñas yemas aún ocultas y preservadas del frío invernal que, más tarde eclosionando en brotes, aparecerían como niños recién nacidos, preservadores de su variedad.

Al llegar la primavera, pudorosa, emergía cubriendo alegre y ligeramente la desnudez de lo que ya prometía convertirse en el espectáculo más hermoso de la naturaleza. Árbol con árbol, con ramas entrelazadas, como una gran familia, no simbolizaban sino que la protección, la cercanía necesaria para la floración, fecundación y su dispersión.

En verano, en el imaginario ciclo vital álgido, el árbol como los humanos, están preparados para la lucha diaria de su supervivencia, sin perder de vista la interrelación de sus actos dirigidos al bienestar común. Se hacen fuertes y están preparados para la mejor y más fructífera etapa de sus vidas, con entrega total a cada una de sus “sociedades”.

Llegado el otoño, la debilidad de ambos en su decadencia vital, los prepararía para la entrega más generosa del resto de sus fuerzas a cada una de sus “familias”.

Debilitado el árbol, sin poder de sustento para su follaje, le dejaría caer, creando a la vez que la alfombra multicolor más hermosa de la naturaleza, su última aportación vital al sotobosque, en forma de sustrato para la vida de plantas o refugio y camuflaje de pequeños mamíferos y otros animalillos.

En mitad de tanta belleza, en la culminación de su decadencia física, como el arte en su periodo más creativo, aquel hombre pensaba la feliz y última entrega gozosa del árbol, como su especie en el tiempo de su decrepitud, abandonando la vida, para de nuevo darla en el espacio dejado.

Por un momento imaginó nuestras existencias humanas, transcurriendo en su totalidad, en “dilatadas” y únicas cuatro estaciones del año, donde esta se desarrollaría.

En invierno, la gestación. La primavera, donde eclosionarían las personalidades de la adolescente nueva generación. La llegada del verano, no sería otra época que donde el hombre se hacía tal, responsable de su destino y colaborador necesario para el cuidado y progresión de su especie.

HOJAS DEL ARCE-8-recortadaLlegado el otoño, el árbol herido, al igual que el ser humano en su madurez, entregaría todo su conocimiento, experiencia, saber y sus terminales latidos, arropado de los suyos y regalando el último esfuerzo, como el de las hermosas hojas palmeadas caídas de un frondoso arce, en el postrero afán protector de su especie.

En definitiva, el fluir de nuestra vida, llegó a antojársele como el discurrir del bosque caduco, en unas imaginarias y holgadas estaciones, conformando su ciclo vital, en cada una de sus etapas, hasta su desaparición.

De repente, aún absorto en sus pensamientos, le llamó la atención una lejana pantalla desde donde se producía la diaria “desinformación”, del angustioso estado del pueblo herido.

Fue brutal la imagen que le hizo despertar de sus ensoñaciones.

Un grupo de ancianos, confinados y abandonados en un espacio cerrado, con las mínimas atenciones, observaba sin parpadear la única puerta de la estancia donde les recluían, esperando la entrada de alguien, una palabra de esperanza, algo más que la entrega del periódico sustento, administrado a modo carcelario, desde el trecho protector del asistente de turno.

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Sus miradas perdidas, sin distancia. Sus caras de miedo ante la incertidumbre. El pánico reflejado en sus actitudes con sus manos entrelazadas, dándose el único afecto al que tenían acceso. Desvalidos, desolados.

Hundidos en las noticias que podían escuchar, por las que se sabían relegados por su ancianidad, de los cuidados que otros disfrutarían por su juventud, e incluso despojados de medios terapéuticos, si algún otro en mejor “circunstancia social”, lo requería en el “estado del bienestar”.

Aquellas almas, no eran otras que las que habían entregado lo mejor de sus vidas a la sociedad, acreedoras indiscutibles de la mejor de las consideraciones.

Padres y abuelos que no hicieron otra cosa que crear un país mejor para los suyos y el resto, hoy podrían morir sin que la sociedad, hasta llegado el confinamiento, se percatara como eran sus vidas “concentradas” y como serían diezmados en este estado, sin previsión, sin haber detectado, desinteresados, su trágico final en esta situación, pese a erigirse en su representación y responsabilidad, los «líderes de la equidad».

Aterrado, aquel hombre no dejaba de pensar como asimilarían aquellas  personas el aviso, desde algún personaje relevante, al escuchar el temor “de que estemos llenando la Tierra de personas mayores y no de jóvenes… “, u otros, llamándolos estrictamente, “colectivos no productivos…”, o incluso “parte de una sociedad conservadora…”, preguntándose si lo único que pretendieran conservar, no fuera otra cosa que sus escasos y merecidos días restantes.

Quería pensar que todo no fuera sino que un escaso botón de muestra de una actitud social no muy numerosa y concluyente. Un mal sueño de difícil despertar. Pero el cada día, las noticias con las muertes de esta pobre gente en abandono, no le hacían otra cosa que asquearse de la sociedad ideologizada y materialista en la que había llegado a vivir.

En su cabeza todavía la armonía del bosque caducifolio que tanto admiraba, y que no simbolizaba para él, sino que el germen familiar. La protección natural de las especies.

Ancianos-3Una sociedad condenada a la ignorancia y prisionera del consumismo, no tenía tiempo de pensar. Por otra parte, lo buscado por las clases dominantes. El concepto del “abrigo” familiar, el núcleo más importante para su perduración, se despersonalizaba a favor de grupúsculos organizados de alma temporal y final previsible.

Que el bosque humano, pensaba, es sostenible únicamente desde el respeto a sus gentes y reconocimiento a sus mayores, que lo dieron todo hasta perder su sombra y dejar su espacio.

En donde un tallo emergente tiene el mismo valor que el árbol maduro y, en caso contrario, cada día sería menos llevadero hasta llegar a límites conocidos en otras sociedades, donde se instauró el laboratorio del sufrimiento.

Aquel hombre se vio asaltado por la tristeza, mientras le invadía el temor de que no tendría probablemente, el hermoso y entregado ocaso de la hoja del arce.

Y aunque de personalidad siempre anclada en el presente, una vez más, le llegaron a la memoria unos versos, con los que nunca creyó poder estar de acuerdo, si acaso en su melancólica belleza, pero que en este estado de cosas, le harían de nuevo vacilar.

“Cuan presto se va el placer – cómo después de acordado – da dolor como a nuestro parecer – cualquier tiempo pasado – fue mejor”

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* Versos de Jorge Manrique.
*Musica: Schindler’s List – (John Williams)

 

24 comentarios en “LA HOJA DEL ARCE

  1. No sé si voy a saber responderte después de bastantes minutos leyéndote. No se puede escribir mejor, con mayor sensibilidad, respeto y belleza el “paraíso perdido” de esos mayores confinados. Me he imaginado ese otoño, ese bosque y esa triste a la vez que bella descripción que haces de esa situación que por desgracia es tan visible y a la vez lo contrario, en estos tristes días.
    Y me he emocionado pensando que todos en mayor o menor suerte transitaremos por él algún día. Lástima que haya quien crea que siempre vivirá en primavera.
    La música, prólogo y epílogo para tus bellísimas letras. Un abrazo querido amigo.

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    • Siempre sabes hacerlo, así como derrochar generosidad en tus apreciaciones.
      Es la triste realidad de un país herido y, lo peor, no lo suficientemente sensible para quienes lo construyeron. Todos somos responsables de esta tragedia. De una u otra forma, la hemos hecho posible, impasibles, consintiendo el advenimiento del materialismo. Gracias por tus palabras, y otro abrazo, como siempre, con mis mejores deseos.

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  2. Me he emocionado al leerte, sintiéndome parte de ese bosque humano …
    Esa imagen brutal que sacó de sus ensoñaciones al hombre de tu relato es literalmente impactante por real.
    También yo estoy triste, no deberían haber muerto así, desvalidos y desolados. No debemos permitir que esto se olvide, y tú lo estás haciendo ya con tu escrito.
    Me quedo también con ‘esa última aportación vital al sotobosque’
    ¡Gracias, Pepe, me ha encantado!

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    • Nadie debería olvidar. No pueden quedar impunes de responsabilidades. La sociedad ha de volver la espalda al » poder» a cualquier precio», como único fin. Si así fuera, terminaríamos siendo cómplices del dolor causado. Aunque hemos de reconocer nuestro también grado de culpabilidad, ignorando el problema y al dejarnos liderar por gentes sin escrúpulos.
      Por otra parte, me alegro de volver a tenerte entre mis lineas, tan agradecidas de tus palabras, como siempre.
      Gracias querida amiga.

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    • No,,,por favor .
      Es gracias a Tí.
      La Poesía es el derecho de unos pocos q saben expresar y pueden dar la verdad rebosante q sale a gritos de su Alma.
      Tus historias no solo son hermosas o de gran sensibilidad .
      Tus historias son reales y vividas en lo más profundo de Tú Ser , y la Injusticia no forma parte e Ti.
      Cuanto desearía q Tú Historia se leyeras en las Cortes , con la música de fondo y preguntar ,,,, Donde está la Democracia!!!!. Señorías????
      Para todas estas voces quemadas en un abismo sin poder tener la más mínima atención por ser viejos .
      Si todos y no se escapa ni Uno , °si tenemos suerte» seremos viejos.
      Una Sociedad ,, que está bola q da vueltas y todos somos participes de Ella queremos destruir ,
      No solamente lo Políticos en general , sea el q sea q está en el poder ,,,no , Nosotros
      Pero nadie hace nada ,,,, bueno perdón dan cazeroladas a cualquier político q está en el Gran Poder .
      Y no nos enteramos q nosotros somos Más y Más Fuertes para defender tanta injusticia de una Sociedad Cansada , ya no de trabajar sino de escuchar cada Día tanta mentira y mezquindad de cómo tratan nuestro derecho de poder seguir viviendo a nuestra Edad sin q nos discriminen por viejos,, ya q es nuestro Tiempo de Ser LIBRES , para hacer lo q queremos y pasar de lo q No queremos ,
      Si estuviera Machado contigo sería****
      The Best Team
      Por esto y mucho más 💚 Gracias a Tí

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      • Comparto tu indignación. Puede que esto despierte conciencias y hagamos que no pueda ocurrir más.
        Pero no tengo confianza. Sus fines son claros. Otros.
        Querida amiga, en las Cortes no se leen, estas ni otras cosas. Eso era propio de otra clase política, culta y esforzada.
        No soy ni poeta ni escritor. Me sirvo de la música o las letras, para encontrarme a mi mismo, sin más pretensiones.
        Si Machado estuviera conmigo, yo le serviría el té.
        Otra vez, gracias.

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  3. Primero me voy a referir a la primera parte de tu escrito, la vida del bosque, comparándola con la vida de los hombres, tengo un par de posts, uno sobre mi árbol de Júpiter y otro sobre los chopos que había enfrente de mi casa, en los que iba contando las cuatro estaciones del año y su semejanza con la vida. Pero tú lo has hecho mejor, mucho mejor.
    En cuando a la triste segunda parte, se me encoge el corazón cada vez que lo pienso, abandonados, sin compañía, muriendo solos como objetos sin valor… Yo, que ya soy abuela, me siento cercana a ellos, quizá mañana me vea en la misma situación después de vivir ayudando a levantar un país. No se debe olvidar nunca esta situación, nuestros mayores merecen una vida digna en los últimos años de su vida. Habrá que pedir responsabilidades por lo que ha pasado.
    Un abrazo.

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    • Mi querida amiga este relato es una historia que nunca me hubiera gustado escribir, si acaso, de otra manera u otro tiempo. Pero no podemos ser impasibles a la tragedia de los débiles, los más desvalidos y engañados por sus más «acérrimos defensores», portavoces de la «única moral»..
      No debemos olvidarlo nunca. Como tampoco nuestra pasividad, que nos convierte, de algún modo, en cómplices involuntarios.
      Como yo tampoco olvido tus siempre palabras elogiosas en demasía de mis modestas letras.
      Gracias Estrella.

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  4. No hay mejor Poeta q el q puede escribir Historias tan envueltas en Delicadeza y Armonía , para dejar plasmada una DENUNCIA SOCIAL que nadie dice nada.
    Gracias por todos aquellos q ya no tienen voz .
    Gracias por denunciar una realidad de mucha gente q ya no podían,,,,hace tiempo, ni reír ni llorar.
    Gracias por Tú inteligencia en esta Historia, la música de denuncia.
    y poder leer entre palabras lo Grande q Eres dentro de Tú Gran Humildad.
    Tu Arce se ha hecho más Fuerte, más Hermoso aunque pase muchas Estaciones.💚

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    • Gracias por tus palabras cómplices con mi denuncia.
      Por advertir que la música de fondo de mi relato (Schindler’s List), forma parte de mi protesta más enérgica contra la impiedad.
      Por ofrecer también tu voz a los que ya no la tienen.
      Gracias por entenderme, por parecer otra hoja de mi arce.
      Gracias por tu tiempo generoso, en leerme.
      Gracias.

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  5. Empiezo la mañana contigo y tus letras.
    También empiezo con lágrimas en los ojos, lo primero por la belleza con la que describes ese árbol ese ciclo, después… esta cruda y triste realidad que aunque la pintas de tu maravillosa forma de expresión poética, no deja de ser ese abandono que han sufrido nuestros mayores, dejándoles ahí solos a su suerte.
    No imagino lo que habrá pasado por sus cabezas, esa terrible soledad, esa pena.
    ¿Quién va a resarcir esto? A sus hijos, a ellos mismos aunque ya no estén…
    ¡Cuánto dolor!
    Gracias Pepe, gracias por este sentido homenajea esos árboles que lo dieron todo, su fruto, su sombra, su cobijo…
    Recibe toda mi admiración y mi abrazo.

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    • Esta concreta «cruda realidad», me gustaría que no hubiera formado parte de relato mio alguno. Este mal sueño, que no es tal, es algo que no debemos olvidar jamas y, la sociedad, todos, preocuparnos de que este hecho tan cruel e injusto podía y puede ocurrir.
      El sistema intenta que no pensemos y lo consigue. Por eso hay que pedir cuentas y cambiarlo.
      Gracias por tus afectuosas palabras y opinión siempre tan generosa de mis lineas.

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      • Creo que no lo vamos a olvidar jamás, ha sido una masacre que ha marcado la vida de casi todos.
        Yo si pienso y mucha más gente piensa, habrá que pedir esas cuentas, que respondan pero no echando balones fuera como suelen hacer.
        Aquí estaremos esperando.
        Un abrazo Pepe. 🌹

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  6. Por fin una historia llena de VIDA y SENTIMIENTO, en un entorno de tanta MUERTE y NIHILISMO que nos está superando a TODOS y socavando sin darnos cuenta y de forma sigilosa nuestras más profundas creencias, proyectos y futuro.
    Tu relato, querido AMIGO, es una ráfaga de aire fresco, un halo de brisa existencial a la que podemos asirnos con bastante desesperación y anhelo.
    Lo hermoso del relato es que, como siempre, la NATURALEZA acaba enseñandonos el camino de la Vida, de nuestra Vida. Aquí toma vida para empatizarse con nuestro GÉNERO HUMANO hasta convertirse en un «bosque animado «, en una Naturaleza que siente y padece como nunca lo había hecho.
    Nuestra situación de «miedo » e incertidumbre actual tendrá, sin duda, un mal presagio y final impredecible si no somos capaces de reconocer y enmendar el abandono y desentendimiento que hasta el día de hoy hemos tenido con NUESTROS PROGENITORES (La Naturaleza no lo hubiera hecho).
    Por ello tu relato sabe darnos las pautas evidentes para terminar con este drama tan impropio del Ser Humano.
    TODOS SOMOS PROGENITORES Y TODOS NOS NECESITAMOS
    AHORA MÁS.
    UN FUERTE ABRAZO y como siempre digo, HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA.

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    • De un tiempo a esta parte siempre te leo porque explicas y articulas bien las historias, amén que eliges los temas más actualizados e interesantes (desde mi punto de vista), los cuales a pesar de estar contados con sublime delicadeza y poesía no pierden su intensidad e interés.
      Confieso que con este CONFINAMIENTO he esperado con más ansias y anhelo OTRA DE TUS BELLAS HISTORIAS.
      Estaba a punto de amonestarte querido Amigo.😜😜

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