EL AÑO del perro

 

horoscopo-chino-1-Recortado

“… su alma que se hizo, piel de papel, donde tatuó todo lo vivido…”.

Era un 23 de Enero de 2018, cuando se anunciaba a «todo platillo» en los medios, la posibilidad de avistar una luna llena en su mayor dimensión desde años y como buen “perro-lobo”, estuvo todo el día ansiando el anochecer, para contemplar su astro, enamorado.

Dirigiéndose en su vehículo al campo más cercano y despejado que se le ocurrió, no tardaría mucho en desesperanzarse. Otras veces aliado en los momentos “decisivos”, el cielo esa noche se espesaba más y más, hasta concluir que nada luciría en él y que la luna se quedaría sin uno de sus “aullidos” enamorados del que, sin duda, reconocería su ausencia.

Envuelto en cierta tristeza, de vuelta a casa, decepcionado y escuchando la radio, se anunciaba para principios del que sería próximo mes, el advenimiento del “Año Nuevo Lunar Chino”, 16 de Febrero de 2018, a la sazón, el año del “Perro”, precisamente su signo en este calendario oriental, algo que le llamó poderosamente la atención.

La curiosa advertencia, le hizo olvidar el fiasco del gran astro anunciado, centrándose en las explicaciones que escuchaba acerca del futuro inmediato y que parecía aventurar un aceptable periodo para aquellas personas, que bajo este signo chino, iniciarían su andadura vital.

Perro-4Él, que siempre desde muy joven, cuando leía o le hablaban acerca de la reencarnación, lo tenía claro, querría si tal posibilidad existiera reencarnarse en perro, pero no en un “can” cualquiera al uso, sino en un ¿perro sin amo?.

Entonces pensó no ser mala idea observar y escribir cuanto de interés despertara o excitara sus sentidos en ese periodo, que aunque en somero análisis, calibraría su todavía capacidad de sorpresa, si bien en un hombre de relativa experiencia, pero anclado eternamente a una sensibilidad sin límites.

Pasado casi un año y expirando ahora ese “Año del Perro”,  por estos mismos días, conduciendo en una apacible noche cuajada de estrellas, de esas que como el más fiel y necesitado de los canes rastreaba una caricia ausente, se percató de que cuanto ocurrido en ese tiempo, le hizo ver como en su interior pervivía el niño que siempre llevó dentro, con la misma capacidad de aprendizaje y sorpresa de su alma, que se hizo piel de papel, donde tatuó todo lo vivido.

Barra bar Granada-3-recortada-2Llegó a su memoria, como en aquella mañana un café, pudo dar tanto de si en ese peculiar “universo” de la barra de un viejo bar, donde se tropezaron sus miradas, que luciendo a años luz y que aún, en la más todavía sideral distancia de la extemporaneidad, levantaban esquirlas mágicas de deseo.

“… Con su blanca palidez, fue mañana esa mañana…
Sideral la distancia entre ambos, fue cercana
Ella en su mundo, yo empedernido navegante
A su blanca palidez, me llevo el viento…, del instante”

También, como navegando con “Bimbo” en sus brazos y a bordo de su velero, llegó a conocer su verdadera capacidad de ternura, o como «acompañando» a Angie  en «La Havana Moon»,  escucharían a sus ídolos «Los Stones», como anunciaban el final de la tiranía, exigiendo abrir las puertas del paraíso.

Siguió recordando cómo, hurgando en su imaginación, se “encontró” con el gran Caruso, en su último y mejor concierto, aquella noche de Sorrento, en la terraza del «Hotel Excelsior Vittoria», donde la mirada de una muchacha, terminaría abriéndole las puertas de un cielo reservado solo a los grandes mitos.

Piano Caruso-1“… Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto”

Excitado con las evocaciones de ese tiempo, a su cabeza asomó la pasada primavera, cuando la hermosa música de Smetana, condujo su imaginación desde Granada a Praga, entre “corrientes” lujuriosas,  que en hermosura se hermanaban.

“… Del Darro al Genil, al Elba…, el Moldava
de tu mano a mi mano, de tu cara a mi cara
Que extraños encuentros ¡Que encrucijada…, Granada!”

Descubrió que la decisión tomada ese año, de despertar a cualquier sensibilidad y dejar cuenta de ello, quizás fuera su mayor acierto, pues hasta entonces se había sentido amordazado, encadenado y como cualquier animal libre de su atadero, escapa esporádicamente, llenando su alma perruna de libertad para después, dependiente, volver a la mano amiga.

costa con flores-1-recortada

Se encontraría, frente al espejo, con un anciano que ante el mar, no solo evocaba los poemas de Keats  y “la belleza que subsiste en el recuerdo» del delicado Wordsworth, sino el “esplendor” de sus últimos días, de “esos ojos que ahora te miran, las manos que te cuidan” y la vida que le tocó gozar.

Escudriñando entre las melancolías más dramáticas de su tierra oriental, recordó, “viajando” hasta Fez, donde descansaba en el más descuidado olvido el último Sultán de Al-Ándalus, Abú Abdallah “Al-Zugabi”, así como en Agmat lo hace el postrero rey-poeta de Sevilla, Abu I-Qasim Muhammad Al-Mutamid, en una modesta tumba de azulejos  andalusíes y, ambos, en el más despreciable olvido.

 “… ¡Cuantas flechas me lanzaron los días al corazón…!
El arquero era el destino…”

Por momentos pensó, como fortuitamente, se había vuelto un ser más curioso, ávido de experiencias y perseguidor de luz de luces, de azabaches y ámbar, gozosas miradas furtivas que movían almas al ritmo de la excitación, en el simple y disimulado encuentro, sin más.

Roxana bailando-10-RecortadaEn ese mágico camino hacia la “antigüedad”, no solo conoció, sino comprendió a uno de los más grandes hombres de la historia, y no por sus hazañas conquistadoras, sino por la grandeza de su espíritu en la antesala de la muerte, despojándose de todo y dejando en su último y “cuarto deseo”, la más hermosa declaración de amor a Roxana, la única mujer que amó en su vida. Era Alejandro III de Macedonia, al que los suyos llamaban El Grande, poco antes de asesinarlo, ellos mismos.

Constataba que este “año chino del perro”, le había proporcionado el “poder” de viajar en el tiempo, el espacio y la imaginación, de conocer personajes algo más allá de su superficialidad. Había leído,  escrito y aprendido mucho más de lo que hasta entonces, y conocido gente que, a los que mostrándose tal cual, logró llegar, aunque le hubiera parecido  irrealizable.

No olvidaría su “escocés” mientras, melancólico, escuchaba a Scarlett en su piano cantándole  “I can´t stop loving you”, del viejo Charles, mientras la juventud de Paula descubría el mundo en brazos expertos.

“Se sintió” el amante perfecto de Belma su amada loba,  regalo de esa «luna» que siempre  acompaña el alma de los cánidos, en la querencia y la libertad.

Glorieta pincelada-2Descubriría “los colores del negro” y la disputa con el busto del viejo poeta en la excitada pequeña glorieta por la sonrisa de la “mujer de azabache”, que dedicándosela a él, lo dejaría de “piedra”.

Si, pensó que mereció la pena “llevarla a Granada”, para que la “medina” supiera del balanceo de su cuerpo envuelto en seda, sobrevolando las calles altas, en la “alfombra mágica” de sus brazos.

Ya nunca podría olvidar aquel “viaje al pasado”, hasta conocer a su buen amigo Ben Al-Chaís, en Kairuán, y con el que quedaría atado a un sueño de “lunas imposibles” con hilo de seda que, juramentado irrompible, se «desharía» en el tiempo.

Fue un sueño «conocer» a Makeda, la reina de Saba y quedar aturdido, como Salomón, en la contemplación de su desnudez de ébano adolescente.

Recordó como sus amigos Peter Gabriel y Paula Cole, cuando más bajo se encontraba, le repetían ¡don´t give up!, “levantándole” una sonrisa admirada.

“… No te rindas, nosotros no necesitamos mucho
No te rindas, porque en algún sitio
hay un lugar 
al que pertenecemos…” 

Y aquella visita, para quedarse, de su amigo el “definitivo otoño”, que advirtiéndole que aún gozaría de su “espíritu”, aunque interino, debería tener cuidado de atender a la belleza, de allí donde viniera.

mariposas-2Acabando su retrospectiva, recordó “viajando” desde el Tibet a la China de Shangyu, donde, de dos “mariposas mágicas”, aprendería que solo la muerte, nos vuelve eternos.

Pensativo y pincelándose los últimos momentos del “Año del Perro”,  se anunciaba ya el nuevo año lunar y,  mientras le llegaba alguno más de entre todos esos recuerdos, sintió un gran agradecimiento a ese extraño impulso que lo llevó a escribir.

Supo entonces, que ese espíritu del pequeño animal que siempre llevaría consigo y en el que deseaba un día «reencarnarse»,  aún desde su gran dependencia afectiva, apenas más necesitaría, que abriéndole la puerta del jardín y escapando temporalmente, poder gozar de esa libertad necesaria para “vivir” y poder contarlo.

Luna nublada-3-Recortada

*Este blog nació en  Febrero de 2018, con el “Año Nuevo Lunar Chino”, el “Año del Perro” y, con la pericia de este animal que llevo dentro, he husmeado vuestro rastro de lectores curiosos, intentando arrancaros una lectura, “caricia” afectuosa que habiéndome llegado con generosidad, como buen perro y tal su rabo, muevo mi “pluma”, con el gozo de vuestra atención desprendida.

**Música: «Sonata al claro de luna». Ludwig van Beethoven.

11 comentarios en “EL AÑO del perro

  1. He dejado sonar la música mientras leía y releía tu bien documentada biografía en este tu «año del perro», con esa prosa de bella lectura en donde has dejado buena parte de ti. De tu sensibilidad, de tu experiencia, de aquello que has vivido con esa “curiosidad” que habita en aquellos que no desean envejecer.
    De Granada a este universo para mayor placer de todos los que te leemos. Sigue viajando, seguiremos encontrándonos no sé si aquí o más allá.
    Me quedo con una de tus frases…Solo la muerte nos vuelve eternos. . Aquí sólo nos definimos por nuestros actos.
    Un abrazo y mejor semana para ti.

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    • Como siempre, te has quedado con la esencia de mi relato: “ese extraño impulso que lo llevó a escribir”.
      El mismo que cuando te leí por primera vez, se convirtió en deseo de seguir haciéndolo. Gracias.
      Nos vemos en los “papiros “.😎

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  2. Me encanta esa exposición que has hecho de tu decisión de escribir lo que llevas en el alma. Siempre hay un detonante que nos empuja a ello. Y es muy gratificante, lo digo por propia experiencia.
    Y escribes muy bien, es una prosa poética que engancha, y eso pasa cuando se escribe desde el corazón, gracias. Y abrazos.

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  3. Veo que también has sufrido de ese impulso que nos lleva, desde nuestra introspección, a la observación de cuanto nos rodea que, con capacidad de adolescente sorpresa, nos ensancha el espíritu
    y despierta el niño que llevamos dentro, hasta el final. Gracias por tu juicio tan agradable y generoso.

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